El agua es crucial para el bienestar de las abejas (Apis mellifera), especialmente en climas cálidos y secos o en periodos de sequía. Su importancia va mucho más allá de la hidratación, desempeñando roles cruciales en el funcionamiento y la supervivencia de la colonia.
Descubra con nosotros los diferentes impactos relacionados con el suministro de agua y la mejor manera de proporcionar una fuente de agua de calidad a sus colonias.
La cría se encuentra en el centro de la colonia, necesitando condiciones estables de humedad1 y temperatura2. Cuando la temperatura es elevada en la cría, las nodrizas la enfrían ventilando con sus alas. Si esto no permite alcanzar los 32-36 ºC3 necesarios para el bienestar de las larvas, también producen evaporación de gotas de agua colocadas sobre los panales para reducir la temperatura4.
Además, debido a la composición líquida de la jalea real (60-70% agua)5, las nodrizas tienen una gran necesidad de agua. Cuando hay necesidad de agua, las abejas encargadas de esta tarea deben buscar agua continuamente, ya que el agua no se almacena en la colmena.
Las abejas obtienen generalmente agua del néctar (80% agua), pero cuando el néctar es escaso, buscan, recolectan y transportan agua hacia la colmena3.
A menudo prefieren el agua ligeramente mineralizada al agua pura, ya que proporciona micronutrientes esenciales. Esta preferencia puede variar en función de las estaciones y la disponibilidad de recursos florales6.
Se ha observado un consumo medio de agua de 200 a 250 ml por colmena y por día9, de modo que un colmenar de 60 colmenas puede consumir hasta 100 litros por semana. Una colmena grande en un día caluroso puede consumir más de un litro de agua, con hasta 800 obreras haciendo cada una hasta 50 viajes hacia las fuentes de agua8.
Las abejas buscan generalmente la fuente de agua más cercana3, lo cual puede causar problemas cuando se dirigen hacia piscinas, fuentes u otras zonas cercanas a viviendas. Prefieren agua poco profunda para evitar ahogarse y a menudo recolectan agua en bebederos destinados al ganado o a otra fauna, lo que puede disuadir a estos animales de beber por miedo a las picaduras de abejas.
Para evitar estos problemas, los apicultores deberían proporcionar bebederos con agua limpia en el colmenar. Esto no solo beneficia al bienestar animal, sino que también mejora la productividad.
Cuando las abejas deben recorrer largas distancias para obtener agua, gastan energía, reduciendo la producción de miel. Un estudio de 200710 en Polonia reveló que las abejas que recolectan agua de fuentes lejanas pueden no regresar a la colmena debido al agotamiento energético. Por lo tanto, cuanto más cerca esté la fuente de agua, mejor. Además, si el colmenar está en un terreno elevado, los bebederos también deben estar elevados para minimizar la energía que las abejas usan para transportar el agua.
Estudios recientes también muestran que proporcionar fuentes de agua limpias y accesibles es crucial para la salud de las colonias y reduce la exposición al agua contaminada. Proveer agua en el colmenar tiene la ventaja de reducir el riesgo de intoxicación de las abejas por pesticidas agrícolas11 encontrados en fuentes de agua contaminadas como charcos, cauces de ríos y estanques para el ganado.
Los apicultores y jardineros pueden apoyar a las poblaciones de abejas creando fuentes de agua poco profundas con lugares donde puedan posarse, como piedras o plantas flotantes para evitar el ahogamiento12. Entender las necesidades de agua de las abejas es esencial para los apicultores, especialmente porque el cambio climático puede causar sequías más frecuentes y severas13-14.
Hay situaciones donde la necesidad de recuperar agua para mantener la humedad o la temperatura de la cría es mayor y puede ser mitigada por el apicultor. Por ejemplo, en colmenas muy deterioradas o deformadas, o cuando los medios de cierre como las tapas no se ajustan bien, puede ocurrir un «efecto chimenea» interno, provocando un secado significativo de la cría.
Del mismo modo, en colmenas con mal aislamiento térmico o tapas metálicas sin aislamiento interior, temperaturas externas excesivas pueden aumentar la necesidad de ventilación y evaporación de agua. Para resolver estos problemas, es importante aislar térmicamente las colmenas correctamente, usar tapas o entre-tapas que eviten el flujo de aire a través del área de cría, y asegurarse de que las colmenas estén a la sombra.
Todos sabemos de la gran plasticidad de las abejas para ir cambiando de rol a medida que se desarrollan. De esta forma, evolucionan desde abejas jóvenes, encargadas de producir la
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