La Dra. Caroline Lantuejoul, veterinaria especializada en apicultura y patología apícola de la región francesa de Loira-Atlántico, nos ha enviado este caso clínico sobre la «Enfermedad de la cría de abejas».
En él presenta una explotación apícola convencional enfrentada a problemas sanitarios en un colmenar de enjambres. La explotación, compuesta por unas 400 colmenas repartidas en 36 colmenares, produce más de 10 toneladas de miel y 150 enjambres al año.
Un examen clínico reveló anomalías en la cría de varias colonias, en particular cría en mosaico y calva y larvas malformadas. Los análisis de laboratorio confirmaron la presencia de loque europea asociada a cargas virales elevadas (DWV-B, SBV, BQCV) a pesar de una gestión controlada de la varroasis y, por consiguiente, de una baja infestación por varroa en el momento del examen clínico de las colonias.
Estos problemas sanitarios son probablemente multifactoriales, vinculados a condiciones climáticas desfavorables que provocan una escasez prolongada de alimentos, potencialmente agravada por carencias de polen. La gestión consistió en la separación de las colonias afectadas, el aumento de la vigilancia y la aplicación de medidas higiénicas estrictas.
Este estudio pone de relieve la importancia de una gestión holística de la salud de las abejas, que tenga en cuenta los factores ambientales, nutricionales y sanitarios, incluso en explotaciones bien gestionadas.
El apicultor en cuestión es un profesional que trabaja en apicultura convencional. Dos empleados a tiempo completo trabajan en la explotación produciendo miel, principalmente con actividades auxiliares menores. En 2023, la explotación tenía unas 400 colmenas en 36 colmenares.
La explotación dispone de instalaciones de producción de alto rendimiento que le permiten producir entre 6 y 7 tipos de miel diferentes cada año. El objetivo anual es producir 10 toneladas de miel, objetivo que se supera regularmente, con una producción de 13,5 toneladas en 2023; 15,35 toneladas en 2022 y 13,24 toneladas en 2021. En la explotación se practica la trashumancia, con entre 80 y 160 colmenas según el año, para aprovechar la floración de la colza, la acacia, el bosque y el girasol. Algunos años, 80 colmenas trashumantes han producido hasta 5 toneladas de miel.
Además, cada año se producen unos 150 enjambres, principalmente para la renovación de la cabaña, utilizando reinas Buckfast y estirpes compradas a criadores reconocidos, con una tasa de renovación de reinas jóvenes del 50 al 85%, según los años.
La visita fue motivada por un problema sanitario relacionado con anomalías en la cría de un colmenar. Quince días antes de la visita, el apicultor había informado de que el colmenar se encontraba en un estado sanitario catastrófico y un periodo de escasez debido a perturbaciones meteorológicas.
La primavera había sido especialmente húmeda, con entre 13 y 17 días de lluvia al mes desde el inicio de la temporada. Las colonias reanudaron su actividad a principios de año debido a la ausencia de heladas invernales, pero las temperaturas diarias rara vez superaron los 20 °C (véanse los informes meteorológicos locales más abajo).
En consecuencia, estas condiciones meteorológicas limitaron gravemente labúsqueda de alimento, sobre todo en los días lluviosos, y los recursos alimentarios asociados, con temperaturas excesivamente bajas que limitaron la disponibilidad de néctar. Estas condiciones climáticas atípicas se extienden por todo el oeste de Francia.
Para controlar los ácaros varroa, los apicultores suelen utilizar una terapia dual con un tratamiento convencional en verano (medicamento veterinario a base de amitraz) y un tratamiento de recuperación en invierno sin presencia de cría (medicamento veterinario a base de ácido oxálico) por goteo. Hasta 2024, no se había establecido ningún seguimiento de la infestación por varroa. La alimentación se realiza con jarabe comercial según las necesidades, y los equipos se limpian (raspado o lavado) y desinfectan (llama o baño de sosa caliente). Las ceras se producen internamente a partir de cera de opérculos, con una rigurosa rotación.
El colmenar afectado por el problema sanitario consta de 23 colmenas Dadant de 6 cuadros de madera, situadas en el campo, cerca de un pantano. Los enjambres se formaron en primavera con la introducción de celdas J10 procedentes de la propia cría , injertadas en una cepa comprada (3 cepas diferentes). Los enjambres se trataron con ácido oxálico (medicamento con autorización de comercialización) sin cría en el momento del control de puesta. Este año fueron necesarias tres administraciones de jarabe (alrededor de 1 kg por administración) debido a las complicadas condiciones climáticas. Las colonias han podido aprovechar la mielada de zarza durante unos 15 días.
En el momento de la visita, las colmenas estaban bien cuidadas, aunque todavía no se había limpiado la maleza del colmenar, tarea prevista poco después del final del periodo de fecundación de las reinas. Las colonias estaban repartidas por el colmenar en seis pallets, cada uno de las cuales contenía tres o cuatro colmenas.
Inspección de las colonias:
Antes de abrir las colonias, no se detectó ninguna anomalía. La actividad de pecoreo era intensa en todo el colmenar, con condiciones meteorológicas favorables el día de la visita.
Cuando se abrieron las colonias, la mayoría estaban pobladas, con presencia de abejas en los comederos. En breve se instalaron las incubadoras. Las reservas de polen y miel eran en general satisfactorias, y las abejas devolvían el néctar, lo que indicaba que el flujo de miel estaba en marcha. Las colonias se desarrollaban en 4 a 6 cuadros de cría.
Control de la infestación por varroa :
Se realizaron ocho recuentos de ácaros varroa foréticos en el CO2 durante la visita. Se seleccionaron colonias al azar de todo el colmenar, incluyendo tanto colonias sintomáticas como asintomáticas. Los resultados fueron satisfactorios:
Muestras para análisis :
Se tomaron muestras para su análisis:
Las muestras de los enjambres 2b y 5a se enviaron inicialmente al laboratorio para su análisis en el LDA39 (Laboratoire Départemental d’Analyses du Jura).
A continuación, figuran los umbrales validados por el laboratorio de la ANSES para los análisis virales. Estos umbrales se han establecido a partir de análisis efectuados en abejas de todos los orígenes. No existen datos relativos a los análisis efectuados en las crías.
Para la colonia 2b :
Los análisis de laboratorio de las crías confirmaron la presencia clínica de loque europea. Las cargas virales detectadas en la cría para el BQCV (virus de la celda de reina negra) y el SBV (virus de la cría ensacada) resultaron insignificantes. Se observó que la carga viral del DWV-B (virus de las alas deformadas de tipo B) se aproximaba al umbral clínico aceptado para las abejas.
Las pruebas realizadas en abejas de interior asintomáticas de la colonia 2b fueron las siguientes:
Para la colonia 5a :
Los análisis realizados en la cría de la colonia 5a :
Las pruebas realizadas en abejas de interior asintomáticas de la colonia 5a fueron las siguientes:
Al final de la visita, una colonia parecía tener loque europea atípica, y también había signos clínicos de enfermedades víricas en el colmenar. Los análisis confirmaron tanto la loque europea atípica como las infecciones víricas, a pesar del control de varroa.
Las colonias estaban pobladas y, desde el flujo de miel de zarza y el tiempo más suave, parecían estar limpiando las crías.
Dado que la colonia clínicamente afectada por la loque europea estaba muy poblada, se decidió, no obstante, realizar un traslado sanitario a una nueva caja. Tras el análisis, también se cambiaron las colonias con crías que no parecían sanas para evitar cualquier riesgo de resurgimiento y contaminación de otras colonias.
Se decidió no cambiar las reinas en un principio debido a las condiciones meteorológicas tan impredecibles de esta temporada.
Durante toda la temporada se mantuvo una vigilancia reforzada del colmenar y todas las colonias quedaron confinadas en él.
Se ha instaurado un protocolo de avance durante las visitas, abriendo las colonias de las más sanas a las más enfermas, con una limpieza y desinfección rigurosas de las herramientas y los guantes para limitar el riesgo de contaminación.
Los problemas observados en este colmenar se inscriben en un contexto medioambiental y sanitario complejo, que pone de relieve la delicada interacción entre los factores nutricionales, patógenos y climáticos que afectan a la salud de las colonias de abejas.
La estación excepcionalmente húmeda dificultó considerablemente las actividades de pecoreo, provocando un prolongado período de escasez. Aunque se instauró una alimentación suplementaria, es probable que las carencias nutricionales, en particular de polen, contribuyeran a los problemas de salud observados. Esta hipótesis se ve corroborada por los trabajos de Di Pasquale et al (2013), que demostraron el impacto crucial de la diversidad y la calidad del polen en la resistencia de las abejas a los patógenos.1
Los daños atípicos en el colmenar pueden explicarse por una sinergia patógena en la que intervienen virus y Melissococcus plutonius (loque europea). Esta asociación deletérea, exacerbada por condiciones ambientales desfavorables, ilustra la complejidad de las interacciones patógenas en las abejas, como destacan Nazzi y Pennacchio (2018) en su revisión sobre los múltiples factores de estrés que afectan a la salud de las abejas.2
Los altos niveles de cargas virales, a pesar de una gestión satisfactoria de Varroa, plantean preguntas sobre los mecanismos de transmisión y persistencia de los virus en las colonias. Investigaciones recientes, como la de Remnant et al (2019), han puesto de relieve la capacidad de ciertos virus para persistir en las poblaciones de abejas independientemente de los niveles de infestación por Varroa.3
El confinamiento prolongado de enjambres populosos podría haber exacerbado la propagación viral dentro de las colonias, un fenómeno descrito por Beaurepaire et al. (2020) en su estudio sobre la dinámica de la transmisión de virus en colmenas superpobladas .4
Una limitación de este caso clínico es la falta de datos sobre la carga parasitaria y viral de las colmenas madre. Análisis adicionales podrían haber aportado información valiosa sobre el origen y la evolución de los problemas sanitarios observados, como destacan Thaduri et al. (2018) en su trabajo sobre la transmisión vertical de virus en las abejas.5
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En conclusión, este caso clínico pone de relieve la necesidad de un enfoque holístico de la gestión sanitaria de los colmenares, que tenga en cuenta las complejas interacciones entre la nutrición, los agentes patógenos y el medio ambiente. También subraya la importancia de un seguimiento continuo y un análisis en profundidad para una comprensión completa de la dinámica sanitaria de las colonias de abejas.
Referencias :
Tabla de contenidos En este artículo presentamos dos casos clínicos del virus de la parálisis crónica de las abejas (CBPV) en España. Extendemos nuestro agradecimiento a Ana Mompó e Inma
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