Como sabemos, la infestación de Varroa varía mucho entre colmenas, pero también de año en año. En el mismo colmenar se pueden encontrar colmenas con infestaciones de menos de 500 ácaros Varroa al final de la temporada, mientras que otras colmenas pueden tener infestaciones de hasta 15.000 ácaros. ¿Qué podemos aprender de esto? Debes adaptar tu estrategia de control de la Varroa caso por caso, y sobre todo anticiparla desde el comienzo de la temporada.
Es tentador manejar su infestación de manera rutinaria (un solo tratamiento al final de la temporada, aplicado en la misma fecha), pero la infestación de Varroa es VARIABLE, y este término realmente merece ser enfatizado. Varía no sólo de una colmena a otra (incluso dentro del mismo colmenar), sino también de un año a otro.
El gráfico anterior ilustra la variabilidad de la infestación dentro del mismo colmenar:
La colmena menos infestada: 1.272 ácaros de varroa…
La mayoría de las colmenas infestadas: 15.418 ácaros varroa (es decir, una proporción de 1 a 12 entre la infestación mínima y la máxima).
Promedio de infestación: 7.844 ácaros de varroa.
Según Alexis Ballis, un promedio del 5-10% de las colmenas de un solo colmenar alcanzan infestaciones muy por encima de la media de ese colmenar (Fuente: BALLIS A. (2015) Infestación de Varroa en Alsacia, Intervención en la AG de ADA Franche Comté. Cámara de Agricultura Regional de Alsacia)
Veamos ahora un ejemplo de la variabilidad de la infestación a lo largo de varios años:
El gráfico anterior muestra el nivel de infestación de Varroa según los años de las colmenas del mismo colmenar en Alsacia.
En verde: menos de 3200 varroas al final de temporada,
En naranja: 3200 a 4200 varroas al final de temporada,
En rojo: más de 4200 varroas al final de temporada.
El umbral de 3200 a 4200 ácaros de varroa ha sido descrito en la literatura como un nivel de infestación en temporada que causa pérdidas económicas al apicultor (reducción de la producción y aumento del riesgo de mortalidad).
Fuente : DELAPLANE, K S; HOOD, W M (1999) Umbral económico para Varroa jacobsoni Oud. en el sudeste de los Estados Unidos. Apidologie 30: 383-395.
Si se observa el gráfico anterior, queda claro que la infestación no se podrá gestionar de la misma manera en 2013 que en 2014, y que un programa de tratamiento fijo no puede ser apropiado para cada año apícola.
Es importante anticipar los seguimientos a principios de temporada para conocer su situación y, posiblemente poner en marcha medidas de emergencia cuando sus colmenas superen los umbrales. La aplicación de estos seguimientos le permitirá evitar infestaciones demasiado elevadas durante o al final de la temporada, que reducirían su producción de miel y pondrían en peligro la supervivencia de sus colonias durante el invierno.
A menudo se pasan por alto los factores medioambientales, las razas de abejas seleccionadas, etc. Tendemos años con más cría y, por tanto, con infestaciones cada vez más difíciles de contener.
Por lo tanto, cuando hablamos de la infestación de Varroa, debemos pensar caso por caso, y llevar a cabo una vigilancia durante todo el año.
Es aconsejable anticipar el seguimiento ya en la primavera, con un primer recuento en marzo/abril. Lo ideal es hacer dos, pero un recuento permitirá un buen comienzo de temporada. Por supuesto, el momento dependerá de su región y del clima, ya que el reinicio de las colonias no se produce en una fecha fija.
Se considera que una infestación al principio de la temporada superior o igual al 1% de ácaros de varroa forética (es decir, 3 ácaros de varroa en una muestra de 300 abejas adultas) o 1 ácaro de varroa cada 2 días en caída natural, son ya umbrales de alerta. Estas colmenas deben ser cuidadas para evitar una explosión de la infestación durante la temporada.
Esto también le permitirá limitar el impacto en sus abejas y en su producción de miel. A modo de recordatorio, un estudio realizado sobre una miel de lavanda en el sur de Francia había demostrado que una infestación forética del 3% (9 varroas en una muestra de 300 abejas) durante la temporada reducía la producción de miel de una colmena de 5 kg en promedio, que podía llegar a 13 kg según las colmenas. Por lo tanto, el impacto de la Varroa no se limita a la salud de las colonias, sino también a su productividad.
Fuente: Maisonnasse et al, 2014 – Estudio realizado por el INRA (Francia) entre 2009 y 2012 sobre 552 colmenas. Promedio de 5 kg (1 a 13 kg por año) en una miel de lavanda.
Otros conteos durante la temporada pueden ayudarle a monitorear mejor sus colmenas, especialmente durante una infestación un tanto “límite” al comienzo de la temporada.
Se recomiendan al menos 4 períodos de seguimiento durante el año:
Puede optar por un tratamiento breve antes de comenzar la temporada (molécula de su elección) y/o por técnicas “mecánicas” (o “zootécnicas”):
– División de colonias
– Eliminación de la cría de machos (si la hay)
Un tratamiento a principios de temporada puede retrasar ligeramente la temporada de abejas, pero siempre es mejor mantener las colonias saludables, en lugar de enviarlas directamente a recolectar miel y arriesgarse a su declive unos meses más tarde.
Cada colmenar es diferente (situación geográfica, raza de abejas, clima local, tratamientos previos, …). Por lo tanto, su calendario de control de Varroa debe ser adaptado cada año, y usted está en la mejor posición para decidirlo, basado en su historia y experiencia. En caso de duda, no dude en pedir consejo a su GDS(A), TSA, veterinario… en definitiva, a cualquier persona que pueda aconsejarle sobre los umbrales de infestación locales y los métodos para reducir su infestación.
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